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miércoles, 1 de diciembre de 2010

Peter Bürger en su Teoría de la vanguardia

            En Teoría de la vanguardia, Peter Bürger habla de un interesante concepto, que bien podría ser considerado un elemento básico en el arte vanguardista, me refiero al “montaje”. En palabras del propio autor, “La obra «montada» da a entender  que está compuesta de fragmentos de realidad […] La reintegración del arte a la praxis vital se propone una revolución de la vida y provoca una revolución del arte  […] El montaje supone la fragmentación de la realidad y describe la fase de la constitución de la obra.” (BÜRGER, Peter. Teoría de la vanguardia. Pp.136-137). En este momento, la vanguardia cumple su cometido gracias al montaje, y vuelve a unir la praxis vital al arte.
            Por una parte, Existen varios tipos de montaje dependiendo del área en que se esté utilizando. Si se utiliza en cine, se trata de un simple montaje de imágenes, y luego Heartfield crea los fotomontajes. En pintura, en cambio, consiste en añadir a la obra materiales provenientes de la realidad y tomados (mas no creados) por el artista, brindándole un alto grado de subjetividad. Se trata de obras orgánicas, que solo pueden ser comprendidas en su totalidad (creación + realidad) y no por partes.
            Por otra parte, El montaje es utilizado por las vanguardias como un elemento capaz de provocar un shock en el receptor, debido a que generará un replanteamiento de su praxis vital al ver parte de la realidad en una obra de arte. Este carácter rompedor llevará a la búsqueda, por parte del receptor, de una nueva forma de interpretación de la obra «montada»; desde este momento, el receptor intentará descifrar los principios de construcción de la obra.
            Ahora bien, el concepto de montaje puede ser aplicado a muchísimas obras, en especial del período cubista. En esta ocasión, analizaremos la obra Guitarra, partitura y vaso de Pablo Picasso, que aporta valiosos datos sobre la época en que fue realizada.

           En esta obra es posible observar el uso de varios materiales, como el famoso papier collé que Picasso añade en varias de sus obras, el gouache (acuarela opaca), el papel y la madera. Junto con ello, también se distingue la partitura, el vaso dibujado con carboncillo, y el trozo de periódico en el costado inferior izquierdo. Éste último es el elemento más importante de todos, pues da cuenta de la época y la situación en la que se encontraba Europa. Se puede observar la mitad del título del diario, llamado Le Journal (precisamente, “El periódico”), y un subtítulo aún más interesante: La Bataille s’est engagé, “La batalla ha comenzado”, haciendo clara referencia a los primeros conflictos previos al estallido de la Primera Guerra Mundial. Picasso nos está informando el momento de tensión que hay en Francia en ese momento, nos introduce a través de este elemento de la realidad (un simple trozo de diario), y hace a la obra parte de ese mundo, lo contextualiza en su época. Comparando con lo que afirma Bürger, nuevamente podemos ratificar que la vanguardia logra su cometido de acercar el arte a la praxis vital y convertirlo en una ayuda o en parte de la sociedad. Por ello, la interpretación que debemos darle a esta obra no puede ser tradicional (por ejemplo, considerarla como la imagen de una guitarra, ya que eso es lo menos importante), sino que debemos insertarnos en la obra y tratar de comprender el porqué está ese trozo de periódico ahí; claramente debió significar algo importante para Picasso, de lo contrario no lo habría pegado. Lo que el autor desea mostrarnos es su preocupación por la época, y por dejar un legado que informe, muchos años después (como nosotros el día de hoy), los intereses e inquietudes de aquella violenta realidad.

1 comentario:

  1. Lo unico que voy a decir, es que el fondo colorido dificulta la lectura...

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